Las competiciones a nivel de clubes se toman un respiro para dejar sitio a los partidos de selecciones. No tenemos encuentros de la Liga de Campeones, ni el fin de semana estará colapsado por duelos apasionantes de la Liga BBVA, Premier League o Bundesliga, pero las selecciones representan un buen producto sustitutivo para nuestras apuestas deportivas.
A lo largo de los próximos días, las selecciones nacionales de todo el mundo se dan cita para enfrentarse tanto en partidos amistosos como en encuentros clasificatorios para la Eurocopa que se celebrará en Francia dentro de dos años, en 2016. Así pues, los equipos sudamericanos son quienes más han tenido que trabajar en busca de partidos amistoso en los que poder encontrar las claves de su estilo, puesto que no disponen de competición oficial.
Una de las más interesadas en rodar es la selección de Brasil. Tras el fracaso en el Mundial de 2014, la Canarinha despidió a luis Felipe Scolari y contrató a Dunga. Brasil se encuentra en pleno proceso de transformación y necesita disputar partidos para que el nuevo seleccionador pueda poner en práctica su plan.
Pese a que el partido se va a jugar en territorio turco, parece poco probable que la victoria no se pinte de color brasileño. Primero porque Turquía está para el arrastre. Y segundo porque los brasileños se encuentran en fase de confirmación de la etapa de Dunga y cada partido es un examen importante.
Pese al carácter amistoso del partido, cada encuentro tiene una importancia máxima para los brasileños. Con la llegada de Dunga y la revolución que ha iniciado, muchos jugadores saben que se están jugando el puesto. Todos tienen una oportunidad y eso se traduce en máxima entrega. Por eso mismo, lo lógico es que Brasil imponga su mayor calidad y se lleve el triunfo.